"He oído sus gritos contra los opresores y he bajado a liberarlos"

(Ex 3, 7-8)

Carta de Solidaridad a la pastoral penitenciaria de parte del P. Provincial de la Merced de Aragón



EL PADRE PROVINCIAL DE LA MERCED
PROVINCIA DE ARAGÓN
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Barcelona (España) 6 de julio de 2011
Monseñor Roberto Luckert León
Presidente de la Oficina de Justicia y Paz
Vicepresidente de la CEV
La Orden de la Merced se siente interpelada y motivada a dar una respuesta ante Ia grave situación que están viviendo las prisiones venezolanas del Rodeo I y Rodeo II en el Estado Miranda. Somos una Orden religiosa que lleva luchando por la libertad de las personas ocho siglos, desde el año 1218, en que San Pedro Nolasco apostó su vida por la libertad y los derechos humanos de los cautivos de aquella época. Una Orden fundada bajo la inspiración de Nuestra Señora de las Mercedes patrona de todos los centros penitenciarios del mundo.
Hoy, los mercedarios seguimos apostando por los internos e internas que se encuentran en las diferentes prisiones del mundo. Y nuestra mirada nos lleva hasta Venezuela, que aunque con informaciones "sesgadas" y en algunos casos subjetivas de medios nacionales, despiertan nuestra conciencia para denunciar la situación que están viviendo en este momento los presos del penal Rodeo II y sus familiares.
Desde la Merced, presente a través de los religiosos mercedarios, como Capellanes, en muchas prisiones del mundo, hacemos una apuesta por el diálogo, la leal información y, sobretodo, la escucha de alternativas a la violencia, a las armas y al chantaje. Sabemos que ha habido muertos, no conocemos el número; fuentes oficiales hablan entre 22 y 29, otras fuentes no oficiales de 40, 60 y algunos se atreven hasta100; sabemos que las familias están a la espera, tampoco sabemos hasta cuándo; no se tiene mucha información de Ia realidad del interior del Rodeo II, aunque sí sabemos que hay todavía más de 1.200 internos con un futuro incierto y en unas condiciones inhumanas, según informaciones de medios de comunicación, sin agua y sin luz.
Sabemos que la Iglesia Católica en Venezuela, a través de la Capellanía General de Servicios Penitenciarios, está siendo solidaria con la situación de nuestros hermanos privados de libertad, en este momento del Rodeo II.
Valoramos la actitud samaritana para con los presos y sus familias, hoy más que nunca la Iglesia y la Orden de la Merced queremos gritar y recordar que "estuve en la cárcel y vinisteis a verme" (Mt 25,37). Queremos descubrir los nuevos rostros de nuestra acción redentora en los presos venezolanos. A través de este escrito manifestamos nuestra plena comunión con la Iglesia Católica de Venezuela y apoyamos todas gestiones y acciones que asuman para encontrar una solución pacífica a este problema. En estos momentos la Merced camina solidaria y participa de todas las iniciativas que tome la Capellanía General de Prisiones de Venezuela.
Queremos hacer una llamada a la serenidad, a la calma, al diálogo. Este tipo de situaciones, si se alargan, pueden tener resultados imprevisibles, desagradables y nada deseables. Abogamos por el respeto de los Derechos Humanos, por el respeto a la vida y a la libertad de la palabra. Llega el momento de hablar, de escuchar y de negociar con la verdad y desde la verdad; "la verdad os hará libres" (Jn 8,32), y eso es lo que queremos una verdad que nos ayude a ver con libertad la resolución del conflicto. Y como nos decía el beato Juan Pablo II con motivo del Jubileo en las cárceles en el año 2000 "mi primera palabra es desearles (a los internos) que Cristo resucitado, que entró en el Cenáculo estando las puertas cerradas, pueda entrar en todas las prisiones del mundo y encontrar acogida en los corazones, llevando a todos paz y serenidad". Queremos que Cristo, preso también como nuestros hermanos, entre en la prisión de Rodeo II y transmita a todos paz y serenidad, para ver con claridad cuál es el camino a seguir.
Hacemos una apuesta de futuro. La vida no empieza ni termina en Rodeo I y Rodeo II. No trunquemos el futuro de muchas vidas implicadas en este asunto: internos, familias, vigilantes, guardias. Que todos puedan vivir el futuro que Dios ha creado para ellos. La violencia es una vía muerta y un camino sin retorno. La palabra da vida, da luz "La Palabra era la luz verdadera que alumbra a todo hombre" (Jn 1,9). Todos estamos llamados a la libertad y a la vida, a poder realizarnos como personas y somos hijos de Dios "para la libertad nos ha liberado Cristo" (Gal 5, I).
Desde la Orden de la Merced, portadora de libertad y presente en muchas Prisiones del mundo como capellanes, elevamos una oración a Cristo Redentor y Libertador, para que ilumine a las partes implicadas y, desde el respeto a los Derechos Humanos, se ponga fin a esta situación que tanto está haciendo sufrir a los internos y a sus familias.
Fr. Florencio Roselló Avellanas
Provincial de la Merced de Aragón (España)
C/C Monseñor Ulises Gutiérrez Reyes, Obispo de la Pastora Penitenciaria de Venezuela.
C/C Rvdo. P. Ponc Capell Capell, Capellán General de Prisiones de Venezuela.

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