“Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer entre la gente gritó: ''¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!'' Él contestó:. --¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!”. (Lc 11, 27- 28)
Reflexión:
María es para nosotros sus hijos el maravilloso ejemplo de mujer que escucha la Palabra de Dios y la pone por obra. Acepta la misión de parte de Dios, y manifiesta la eficacia del mensaje divino en todo su actuar diario.
Sentimos que a este mundo se le complica escuchar al hermano, hace oídos sordos al necesitado de amor y de libertad. La Palabra de Dios, que se proclama a diario en los ojos y las manos de los que te piden ayuda, se pierde en el silencio, no alcanza el corazón al que que estaba destinado.
Nuestra señora madre la Virgen María, siempre estuvo atenta a las palabras de su Hijo Jesús, y nos pide “hagan todo lo que él les diga” (Jn 2, 5). Por eso, Jesús mismo llama dichosa a su madre, porque ella ha sabido acoger la voluntad del Padre y ponerla en práctica.
Que a cada uno de los que meditemos hoy la Palabra de Dios encontremos en ella nuestra fuente y vida, para ser dichosos como nuestra madre lo es, en el nombre del Señor nuestro Dios.
Sentimos que a este mundo se le complica escuchar al hermano, hace oídos sordos al necesitado de amor y de libertad. La Palabra de Dios, que se proclama a diario en los ojos y las manos de los que te piden ayuda, se pierde en el silencio, no alcanza el corazón al que que estaba destinado.
Nuestra señora madre la Virgen María, siempre estuvo atenta a las palabras de su Hijo Jesús, y nos pide “hagan todo lo que él les diga” (Jn 2, 5). Por eso, Jesús mismo llama dichosa a su madre, porque ella ha sabido acoger la voluntad del Padre y ponerla en práctica.
Que a cada uno de los que meditemos hoy la Palabra de Dios encontremos en ella nuestra fuente y vida, para ser dichosos como nuestra madre lo es, en el nombre del Señor nuestro Dios.
Petición:
Madre nuestra de la Merced, que has escuchado y aceptado el mensaje del Señor, haz que por tu intercesión todos tus hijos podamos enamorarnos de la Palabra de Dios, y así encontrar en ella nuestra disposición y misión. Amén
Pregunta:
¿Estamos verdaderamente a la escucha del mensaje que Dios nos quiere dar?
fr. Bladimir Elías Pérez, O. de M.
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