“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel
Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una Virgen
desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre
de la Virgen era María”. (Lc
1,27)
Reflexión:
La Santísima Virgen María actúa y vive desde su cultura y su religión judía. No se le ve al margen de la historia de su pueblo, ni se le ve confrontada con la historia personal que ha vivido o la que, según predice el justo Simeón, le toca vivir. María nos enseña a amar desde dentro de nuestras circunstancias históricas, tanto sociales como personales. Nos invita a reconciliarnos con lo que hemos vivido, sin importar lo que sea, pues desde ahí podemos con María aprender a aceptar el amor de Dios y amar con decisión.
Petición:
María, Hija predilecta de Sión, que
asumiste la Historia de Salvación de tu Pueblo, enséñanos el
camino que lleva, a través de la propia historia al compromiso y la
libertad. Enséñanos a no valorar lo que nos pasa como éxito o
fracaso, sino como oportunidad y reto para responder a Dios en
nuestra vida Amén
Pregunta:
¿Qué cosas de mi cultura y mi historia me ayudan especialmente a amar?
¿Y qué cosas considero hasta ahora como obstáculos que me hacen mucho más difícil vivir con amor, sin pecado, la relación con Dios y con el prójimo?
fr. Fernando Ruiz, O. de M.
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