Yo soy el lápiz de Dios.
Un trozo de lápiz con el cual él escribe aquello que quiere
Madre Teresa de Calcuta.
Surge la idea por la cantidad de Niños que todos los días desfilan por el frente de la casa y que no tenían nada que hacer, y cuando no se tiene nada que hacer se inventa mucho, y la capacidad inventiva de estos niños consistía en caerle a piedra a los árboles de Almendrones (fruto carnoso que es muy apetecible al paladar de los niños) que hay justo a la entrada de nuestra vivienda, esto era todos los días, y ahí estaba yo, saliendo hablar con ellos de que no lanzaran piedra porque se podían hacer daño, y nos podían hacer daño a nosotros, el resultado del diálogo surtía efecto 25 segundos; hasta que un día comprendí que había que ofrecerles algo en que entretenerse.
Un mes y medio antes de las fiesta de nuestro Padre se me ocurrió decirle al P. Alberto Vera (superior) que consiguiera unas pelotas de futbol que iba a poner a jugar a los chiquillos, para ver si así no lanzaban mas piedra y se entretenían jugando y gastaban allí las energías represadas de no hacer nada; el cambio se sintió de inmediato, que rostro más felices de ver un balón de futbol nuevo y sobre todo que alguien le dirigiera mientras jugaban, nada más iniciar los juegos comprendí que había que darle el sentido que merecía, y empezamos hacer la oración antes y después de terminar de jugar. Como la multitud de niños se hacía mayor y todos deseaban jugar y tener el balón, organice grupos de (8 niños) e iniciamos el campeonato que llame San Pedro Nolasco en honor a nuestro Padre, ya que las fiestas eran próxima, y aprovechando la ocasión cada grupo recibió el nombre de un santo mercedario y por supuesto el de Nuestra Madre la Virgen de la Merced; de esta manera los niños se divertían e iban conociendo algo de la historia de los padres que habían llegado nuevo al sector.
Dentro de los juegos y el compartir nuestro Padre superior gustoso de ver a los niños jugar nos compró jugos para mezclar con agua y así refrescarnos después de cada jornada futbolera, ya pueden imaginarse la felicidad de los niños jugar con equipo, y aparte de eso tener una pequeña merienda era algo que ni soñaban, pero así son las cosas de Dios, él nos coloca donde realmente debemos estar, y pues aquí estamos aprendiendo mucho de ellos mejorando el portugués con su ayuda y aprendido una que otra palabra en su lengua natal (Changana) en definitiva hoy después de la final del campeonato seguiremos jugando y aprendiendo unos a otros y sobre todo compartiendo la alegría y el gozo de consagrado con estos hermanitos que Dios ha puesto en nuestro camino.
Para concluir creo que es preciso señalar que lo que más me mueve a trabajar con los niños los jóvenes es precisamente que veo que cada vez que damos una herramienta (deporte música etc.)Les estamos alejando del mal camino, y si le alejamos del mal camino, esos niños, esas niñas, esos jóvenes serán el futuro y la esperanza de esta sociedad… mi insistencia en una pastoral penitenciaria preventiva.
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