"He oído sus gritos contra los opresores y he bajado a liberarlos"

(Ex 3, 7-8)

San Serapio... ¡ruega por nosotros!


Serapio nació en Londres, por 1175, y se hizo soldado de las cruzadas dispuesto a solucionar los problemas a base de pelear y vencer a los enemigos. Tras sus aventuras en Israel se dirigió a la Península Ibérica, donde chcoaba igualmente el mundo musulmán y el cristiano. Allí la lucha por la reconquista estaba en auge y se dice que puso en práctica sus artes guerreras en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). En esos años conoce a Fray Pedro Nolasco, el primer fraile de la Merced de la Redención de los Cautivos, se convierte y se hace fraile redentor dAnte este testimonio,esde el año 1225 para luchar una batalla más alta y más exigente: la de la entrega por amor al que sufre.
La Orden de la Merced, que en aquellos años estaba adquiriendo su fisonomía, se dedicó, como explica el Proemio de 1272  a que"el Maestre y los frailes que han hecho profesión en esta Orden [...] trabajen de buen corazón, de buena voluntad y por buena obra en visitar y liberar a los cristianos que están en cautividad y en poder de sarracenos o de otros enemigos de nuestra ley,según la buena disposición y buena voluntad del Maestre de esta Orden"
Así, en una de las redenciones que practicó en nombre de toda la Orden, fray Serapio se quedó como rehén para salvar a varios cautivos de perder la fe y la vida, pues los mercedarios "estén alegremente dispuestos en todo momento todos los frailes de esta Orden, a entregar sus vidas, si es menester, como Jesucristo la entregó por nosotros" (Proemio 1272).
. En esas tierras de Argel sufrió el martirio atado a una cruz en forma de aspa.Se le representa en la Cruz en Aspa, siendo martirizado, o bien apresado, como en el famosísimo cuadro de Zurbarán de 1628). En esta obra maestra San Serapio, con su blanco hábito, destaca sobre el fondo oscuro indicando, con la expresión de su rostro, el horror de la tortura que, sin embargo, no ha dejado huella en su ser mercedario (el blanco hábito) de entrega generosa por la causa de Dios.
Su fiesta se celebra el 14 de noviembre y se le considera patrón de los religiosos mercedarios laicos.

Ante este testimonio, ¿Me doy cuenta de que la entrega de la vida es el único precio digno que se puede pagar para rescatar a otro, tal como lo hacen los redentores mercedarios?

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